¡Sacudido!
Las olas eran enormes, mucho más grandes que las de mi estado nativo (Florida). Nos encontrábamos en Maui, Hawaii, y yo estaba entusiasmado. Me encanta practicar el surf sólo con el cuerpo.
Sencillamente tome una ola de la forma correcta, y puede llegar sobre ella hasta la playa sin necesidad de una tabla.
Hice mi recorrido hasta donde las olas rompían, y vi cómo se formaba mi ola. Este sería un gran paseo. Sabía que tenía que tomarla de manera correcta. En el momento preciso, bajé la cabeza y lance un puntapié. La acción había comenzado.
La monstruosa ola no me llevo a la playa, sino que me levantó como un muñeco de trapo y me lanzó contra el agua. Se me “apagaron las luces” y quedé inconciente por un momento. Apenas pude, verifiqué que podía mover las piernas y los brazos, y como
no tenía nada roto, nadé cuidadosamente hasta la orilla.
Al llegar a tierra firme, volteé y vi el gran aviso que decía: PROHIBIDO PRACTICAR EL SURF SIN TABLA Puede resultar con serias lesiones en la columna La advertencia estaba a plena vista, pero yo la había pasado por alto. Me vino a la mente el viejo adagio que dice: lo que usted...